lunes, 30 de agosto de 2010

Cirugía de la diabetes tipo 2, problema ético frente a problema científico.

El Dr. Resa, coordinador de la Unidad de Cirugía de la Obesidad y el Metabolismo de la Clínica Montpellier de Zaragoza y cirujano bariátrico del Hospital Royo Villanova de Zaragoza, haciendo eco de los conocimientos que en el mundo se estaban desarrollando, presentó a finales del 2007 los resultados de sus pacientes diabéticos obesos mórbidos con una resolución de la diabetes en más del 97 % de los casos. En septiembre de 2008 aportó sus resultados de diabéticos operados no obesos mórbidos a una estadística de cooperación mundial que el Dr. Rubino presentó en el primer Congreso Mundial de Cirugía de la Diabetes celebrado en New York.

Pero lo más convincente ha sido ver como pacientes del Dr. Resa presentaban su testimonio ante el público en una sesión celebrada el 5 de febrero de 2009. Aquí no se trataba de datos, no había cifras, se trataba de personas que han dejado de precisar tratamiento, que han ganado en calidad de vida y como ellos mismos manifiestan “han nacido de nuevo el día que se operaron”.

Ya conocíamos que personas muy obesas con patologías asociadas a su obesidad podían encontrar una solución a sus problemas mediante la cirugía bariátrica, la que se ha venido llamando: “Reducción de estómago”. Lo que no sabíamos y en la actualidad se nos está comunicando en sesiones como la que el Dr. Resa presentó en la Clínica Montpellier es que la diabetes puede tratarse con esas mismas operaciones, modificadas para tratar pacientes menos obesos.

En el año 1995 Pories publicaba un retador artículo en el que se preguntaba, tras observar los resultados en los pacientes operados de obesidad, si quizá fuese la cirugía el tratamiento más efectivo contra la diabetes. En el año 2004 Rubino publicaba los resultados de la exclusión duodenal en modelo animal con diabetes tipo 2 y en 2008 sugería la cirugía como un nuevo tratamiento para la diabetes.
Posteriormente se han sucedido las experiencias y publicaciones en el mismo sentido como la de Gan, Dixon, Boza etc.

Los cirujanos de todo el mundo estamos apreciando, sobre pacientes individuales, sobre nuestros pacientes, sobre personas, que la cirugía metabólica soluciona la diabetes tipo 2. Sin embargo, los sistemas de salud y compañías de seguros se encuentran reacios a incorporal esta cirugía a sus catálogos de prestaciones, a pesar de que se ha demostrado que el tratamiento quirúrgico de un diabético es más barato que el tratamiento médico. El problema estriba en el hecho de que el porcentaje de personas de una población que sufre diabetes tipo 2 es tan elevado que no se podría atender su demanda. Si en nuestro sistema público tenemos listas de espera de obesidad mórbida, cuando esta se da en menos del 1% de la población española ¿Qué sucedería si se atendiese a un 7% de los españoles que pueden suponer los diabéticos? Evidentemente, hay que limitar las indicaciones de esta cirugía. Y aquí surge el dilema ético de un cirujano y en particular el del Dr. Resa ¿Cómo no aplicar la cirugía que sabemos está solucionando un problema? Y si la aplicamos ¿Cómo dar la mejor atención si no podemos ofrecerla a todos, o lo que es peor a nadie?